• Los docentes figuran entre los que menos confían en sus pupilos de la OCDE
• Un informe dice que los estudiantes echan en falta más apoyo de los enseñantes
EL PERIÓDICOMADRID
En los centros escolares españoles se respira un clima enrarecido. La moral de estudiantes y profesores anda por los suelos. Los alumnos tienen muy arraigada la sensación de que el profesorado no les apoya como cabría esperar, al tiempo que los enseñantes echan de menos un compromiso más firme de sus pupilos con el aprendizaje. La falta de confianza de unos y otros ha sido recogida en el estudio Escuelas de éxito en España. Sugerencias e interrogantes a partir del informe Pisa 2003 que ayer fue presentado en Madrid.Uno de los autores del trabajo, Álvaro Marchesi, catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid, aseguró en la presentación que "el desánimo" detectado era "el dato más impactante" de la investigación, lo que "debería hacer reflexionar a las autoridades sobre la necesidad de tomar medidas para recuperar la confianza".De acuerdo con el trabajo, que será objeto de debate durante la XXI Semana Monográfica de la Educación de la Fundación Santillana que se abrió ayer, España está a la cola de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en el indicador que mide la moral de los usuarios y los profesionales de la docencia.Si bien el dato que refleja la falta de expectativas de los profesores ha sido corroborado por otros estudios, resulta chocante que incluso en los centros donde el alumnado de ESO obtiene mejores resultados, según el informe Pisa, los estudiantes perciban que no reciben suficiente apoyo de los docentes en clase. "Eso no ocurre en otros países", afirmó Marchesi en conversación con este diario.El catedrático de Psicología Evolutiva y de la Educación cree que esa singularidad se explica porque "aunque en los últimos 30 años hemos avanzado mucho en materia educativa, el sistema educativo español se enfrenta al mismo tiempo a tres reformas" que generan, a su juicio, "mucha presión". Marchesi se refiere a la extensión de la escolarización obligatoria de los 14 a los 16 años, la integración de las minorías llegadas del extranjero y los cambios aparejados a la irrupción de la sociedad del conocimiento y la información.PROPUESTA DE MEDIDASPreguntado por las medidas que la Administración tendría que adoptar para poder remediar la situación, Marchesi propuso tres iniciativas concretas. Por un lado, reclamó que la educación sea una "tarea transversal del Gobierno", de manera que competa a todos los ministerios, además de a las comunidades autónomas y los ayuntamientos, dijo. "Si se construye un centro de salud, por ejemplo, que se haga desde una perspectiva educadora y se habilite un espacio para la lectura de los niños que acudan a él", explicitó.Junto a esa medida, planteó otras dos: que se cree un consejo general de los docentes, "a imagen y semejanza, para entendernos, del Consejo General del Poder Judicial", que se convierta "en un referente profesional y ético de la profesión", y una carrera docente que sea "incentivadora y exigente" que permita devolver el prestigio a la tarea educadora.ORDEN Y SILENCIOEl estudio también mide "el clima disciplinario de la clase" a través de la formulación de preguntas que se interesan por saber si los alumnos escuchan lo que dice el profesor, si hay ruido o si no comienzan a trabajar hasta mucho tiempo después del comienzo de la clase. "El clima del centro es un factor diferenciador entre las escuelas con mejores y peores resultados", concluyen los investigadores. A más atención en clase, menos ruido y más celeridad a la hora de ponerse a trabajar, mayores rendimientos académicos.La influencia que tienen en los resultados los "recursos culturales y educativos de las familias", "el estatus socioeconómico y el nivel educativo de los padres", son igualmente determinantes para el éxito en la escuela, al igual que "el contexto sociocultural medio" del centro educativo, atestigua el trabajo. Las expectativas del alumnado resultan de igual modo decisivas en los resultados. Donde hay más estudiantes que aspiran a ir a la universidad, los rendimientos son más elevados.